A veces es ése último trago de la taza de té, ése que te deja un dulzor que no tenía antes, cuando todavía quedaba un futuro. A veces es la chica que se maquilla en el asiento treinta y seis, a veces no, a veces se sienta en el cincuenta y dos y abre un libro, intentando leer y viendo sólo letras, abstraída y confusa. A veces es el punto de inflexión, a veces es la diferencia entre lo bueno y lo mejor.
No se puede definir de otra forma, no se puede atrapar con palabras algo que sólo percibe el estómago, que, rebelde, se revuelve a instantes cuando ella se acerca. Es esa sensación, ese todo. Ese último trozo de pastel que todos desean y todos dejan, o la sensación que te persigue cuando algo se te olvida, ese zumbido persistente en las pestañas...
A veces es, simplemente, un molesto "tí" con tilde que no te deja paz en el alma.