viernes, 31 de diciembre de 2010

Sólo tú lo entenderías

Sonríes y sueñas, y abres mucho los ojos porque [todavía] no te enteras. Eres un idealista de pies inquietos, de eterna luz en la mirada y los labios llenos de historias y cuentos. Me miras y suspiras, te encanta perder el tiempo pero agoto tu paciencia.

Sin embargo te necesito ahora, sólo tú lo entenderías. Tú, que buscas las preguntas y no te importan las respuestas. Tú, que continúas esperando para escuchar mis problemas. Tú, sólo tú lo entenderías. Pestañeas y te giras, y me haces una mueca. Tus ásperas manos están llenas de batallas y de años, mas sólo quiero sentir su calidez en mis brazos. Enterrar mis puños en ellas. Confiar en tu habilidad para resolver mis dudas. Ahora respondo a tu seña, es mi turno, sonrío y te explico. Abres mucho los ojos pero tu boca sigue sonriendo[me], dándome una calma que no tenía...
Sí, sólo tú lo entenderías...


miércoles, 29 de diciembre de 2010

[mi] ciudad

Si me preguntaran qué entiendo yo por ciudad respondería que es un lugar donde conviven deseos y preocupaciones, alegrías y disgustos, gente alta y gente bajita, de ojos negros o verdes, todo mezclado en un trajín diario muy característico. Y es lo que me encanta de la ciudad, que esconde millones de historias variopintas, para que podamos aprender de cada una de ellas..
 
Por eso observo a la gente que me rodea tratando de adivinar a dónde van y de dónde vienen, cuál es su color preferido o qué es lo que más les hace reír. Cada persona es distinta y me cuenta una historia diferente. Pero todas, absolutamente todas, tienen algo en común... están impregnadas de ese aire de ciudad, de esa algarabía de colores, aromas, sonidos y retazos de conversaciones ajenas. Me gusta el rastro que todo esto deja en su semblante, me gusta la gente de mi ciudad, la que no lleva reloj y habla alto y con los brazos abiertos. La que se sienta en cafés o en parques y, simplemente, se asombra de todo lo que le rodea [que no por ser cotidiano deja de ser mágico]. La que sonríe por la calle a los desconocidos, pensando que las pequeñas muestras de afecto son las que menos cuestan [y por eso mismo a menudo nos olvidamos de hacerlas] y las que más alegran.
 
 

viernes, 17 de diciembre de 2010

¿Aceptas?

Te propongo un reto. Finjamos que tú no me miras y que yo no te quiero. Finjamos que por la noche no te invaden los recuerdos y que no añoras el tacto de mi cuerpo. Finjamos que no nos consumimos lentamente en  este silencio. Finjamos que somos capaces de olvidarnos. Que no echaré de menos la calidez de tus manos, ni el olor suave de tu pelo. Que tu tampoco buscarás mis caricias ni mis besos. Finjamos que ya no sufrimos. Finjamos que podemos...
Si esto es lo que quieres, yo [por ti] acepto. A cambio prométeme que si pasado un tiempo no lo hemos logrado, renunciaremos a este reto, dejaremos de fingir para siempre y dejarás de negar lo que sientes.

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lunes, 13 de diciembre de 2010

Grietas de esperanza

Nunca es tarde. Aún no está todo perdido, quizá podamos recuperar los sentimientos que el tiempo cubrió de escarcha, hielo y niebla. No digas adiós, ni hasta nunca. No todavía. Que en sueños he oído que en la frialdad de tu corazón se ha abierto una grieta...


Seguiré golpeando el muro que te aisla del exterior, 
seguiré resquebrajándolo y asómandome por los resquicios. 
Por ti. Para verte... 
 Porque, aunque suene extraño, tengo miedo de olvidarte
miedo de dejar de sentir este dolor que me produce verte,
miedo porque si esto sucede, sabré que nunca más podré sentirte,
ni refugiarme en tu recuerdo en las noches más tristes...


miércoles, 8 de diciembre de 2010

Podríamos...

Podríamos hablar de cómo mi piel se resiste a olvidar tus caricias, de cómo se estremece en esta noche fria. Podríamos hablar del presente, podríamos describir el temblor de mis labios y el vacío de mi mente ahora que no estás y todo se torna gris y desconocido. Podríamos pensar que ya no existe el pasado, que ya no es posible un "nosotros", ni un "tú y yo". Podríamos llorar en silencio, podríamos dejarnos llevar por la melancolía de los recuerdos.
Podríamos seguir pensando que no hay nada que hacer, que todo está perdido, que desapareció algo que no podremos recuperar. Si, podríamos seguir lamentándonos en silencio, lanzándonos miradas melancólicas por los pasillos. Podríamos seguir evitándonos y sonriendo amablemente en público, ocultando el dolor existente.
Podríamos continuar con este maldito teatro eternamente, pero se me retuerce la tripa tan sólo de pensarlo... por qué no somos menos orgullosos? por qué nos cuesta tanto reconocer que quizá no tuviéramos razón? que posiblemente fue cosa de los dos? por qué no te acercas y olvidamos este dolor? yo te cubriré de abrazos, y  tú, entre susurros y besos me dirás "te quiero"... Podríamos... por qué no?

lunes, 6 de diciembre de 2010

5 sentidos

Mis ojos te observan, brillando cual luciérnagas. Mi cabello te sigue, enredándose en tus caderas. Mi nariz por encontrar tu aroma en el aire desespera. Mis labios te saborean, disfrutando el dulzor de tu inocencia. Mis manos te acarician, llevándose tu suavidad y tu esencia. Tú, sólo tú mis cinco sentidos alteras...