martes, 19 de julio de 2011

Se dejó llevar por los recuerdos

Sentada a oscuras en un rincón de su habitación, descalza, acariciaba con las puntas de los pies el frío suelo. En una mano sostenía una taza de leche bien caliente, como a ella más le gustaba. En la otra, un pedazo de chocolate negro y amargo, que mordisqueaba distraída.
En un viejo aparato de música sonaba una de sus canciones favoritas. Se dejó llevar por cada nota, cada acorde, saliendo por un momento de esa oscuridad en la que se hayaba, sintiendo como hasta su propio pulso se acompasaba al de la canción. Poco a poco las notas fueron desapareciendo y todo quedó en silencio, pero ella no salió de su trance. En las manos la leche se enfriaba.


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sábado, 16 de julio de 2011

Ascensores

Todavía no entiendo la incomodidad en los ascensores. No lo entiendo y me hace gracia. Es tan absurda... Nos ponemos nerviosos por compartir un espacio cerrado con un desconocido... y resultamos un tanto ridículos...
Sí, es ridícula tu sonrisa nerviosa mientras bajas la mirada. Ridículo el interés repentino que muestras por la hora [que cualquiera dudaría de tu inteligencia al pasarte todo el trayecto con la mirada fija en el reloj...], la atención que le muestras de repente a las llaves, al anuncio medio roto que hay colgado (sí, el mismo que lleva más de un mes ahí puesto y lo has leído tantas veces que lo podrías repetir de memoria).
También me hace gracia la gente que entra en pareja, hablando, e intenta continuar su conversación evitando palabras clave comprometedoras para que (por mucho que lo intentes) no puedas llegar al meollo de la cuestión. [Hay sin embargo gente que sin más ni más se mete en la conversación aunque no sepa de qué se habla, todo sea por no permanecer mirando el reloj o el llavero...]. Así, normalmente no queda más remedio que volver a bajar la cabeza y mirarte la punta de los zapatos, pensando en que el encargado de la limpieza del edificio bien podría merecerse un premio (o un castigo, según se vea) ya que está todo tan limpio que no encuentras en él nada con lo que distraerte.
- El tiempo- sí, el tiempo, única conversación de ascensores. En realidad es el tipo de conversación ideal para estos momentos, ya que todo el mundo puede hablar de ello (fuera diferencias culturales o sociales) y es lo suficientemente banal como para no alargarse. Únicamente el "corto" (porque sí, a todos se nos hace LARGO) trayecto de ascensor...

- Parece que esta noche ha refrescado
- Sí, han dicho en las noticias que bajaban las temperaturas
- Menos mal
- Si, habrá que aprovecharlo...
(Salvados. Hemos llegado)

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lunes, 11 de julio de 2011

Celebraciones errantes

Cada año tomaba la tarta de su cumpleaños en una ciudad diferente, rodeada de gente que conocía con rigurosas presentaciones apenas unas frases antes. Hoy está en Berlín, estrenando un nuevo año como quien estrena una camiseta: si no estás con gente cercana, nadie se da cuenta.
Empezó por casualidad, y se ha convertido prácticamente en un ritual de verano. Ha escuchado el cumpleaños feliz en boca de más personas que cualquiera de nosotros. Y ha recibido sonrisas de otras tantas. Quizá sea por eso que ella tiene la alegría enraizada tan profundo en sus ojos. Quizá por eso sea que ha cambiado la timidez por las sonrisas.

Desde aquí, a kilómetros de distancia,
no tengo para regalarte más que mis palabras
Espero que te lleguen con todo el sabor a chocolate con el que las envié.


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sábado, 9 de julio de 2011

Ellos

Sus ojos ya no dicen nada, ya no tienen ese brillo cálido tan especial. En su mente sólo quedan malas intenciones y dolorosas palabras expresadas con rabia. Ya no hay amor en sus labios ni caricias en sus brazos... Ya no les queda esperanza, en silencio expresan su miedo, miedo a la soledad de una habitación vacía, a la melancolía de cuatro paredes demasiado frías...

Y tú sólo puedes mirar, mirar cómo se destruye el sueño de una vida compartida. Ya no quedan lágrimas en tus ojos ni sonrisas en tu boca. Tu mundo se vuelve inexistente y tú invisible con él, para los demás eres indiferente y apenas si te importa... Sólo quieres desaparecer repentinamente, tal y como hicieron los lazos que los unían a ellos dos, desaparecer...

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miércoles, 6 de julio de 2011

Cortó en un momento su pelo y su niñez

Ella siempre había tenido el cabello largo y oscuro. Apenas si se peinaba con los dedos los mechones enredados y éste caía en cascada por su espalda formando ondas y bucles de reflejos caoba. Pero eso era antes. Un día apareció con la cabeza rapada, sin dar ninguna explicación.

Sus rasgos se volvieron así más afilados y su gesto más salvaje y desafiante. Ya no tenía esas mejillas dulces ni esa cara tan tierna. Recuerdo que intenté preguntarle el por qué. Recuerdo su respuesta "Intentaba que dejases de pensar en mi como una niña". Al principio no supe  [o no quise] ver lo que me decía, pero más adelante y ante el rojo provocador de sus labios y los hoyuelos de sus pómulos vi que ya no quería que la protegiese, sino que la pusiese en peligro. No quería que pensara en ella como se hace con una niña, sino como se hace con una mujer.


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martes, 5 de julio de 2011

Ven

A veces me gustaría que tomaras tú la iniciativa. Que sonara el telefonillo y fuera tu voz la que respondiera. Que fueras tú el que dijera "nada, pasaba por aquí..."
Yo guardaría silencio ante tu mentira, y sonriendo pensaría en ti perdido por la ciudad sin encontrar mi portal.

Atrévete a buscarme,
sin miedo a equivocarte
pues nada es peor que este silencio
y este mirarnos sin besar[nos]


Ven. Ahora. De madrugada. La luna te espera con los besos que lancé a la noche desesperada...

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domingo, 3 de julio de 2011

Curiosas aficiones

Lo que más le gustaba a ella era sonreír a los transeuntes sin dejar de mirarles fijamente. Lo hacía hasta provocar que éstos se pusieran nerviosos preguntándose si acaso eran ellos los que provocaban la dulce curvatura de sus labios.

Ella intentaba mirar el interior de las personas, y decía (medio en broma medio en serio) "Hoy en día no sólo la fruta es transgénica, también las personas. Hay algunas que tienen muy buena pinta y apenas las conoces un poco ves que están vacías, que no tienen ideales ni sueños". 

Ella ha sufrido en muchas ocasiones por esas personas frívolas y vacuas. Irremediablemente y sin darse apenas cuenta le confió su vida a aquellos que no supieron valorarla... Ahora anda con cuidado, y es capaz de adivinar tus sueños con tan sólo una mirada.


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viernes, 1 de julio de 2011

Él era especial

Y sufría por aquellos que no llegaban a descubrir el secreto de los Reyes Magos ya que cuando fueran mayores sus hijos no recibirían regalos en Navidad...


Él, que era capaz de traer el Sol con cada sonrisa.


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