Sus ojos ya no dicen nada, ya no tienen ese brillo cálido tan especial. En su mente sólo quedan malas intenciones y dolorosas palabras expresadas con rabia. Ya no hay amor en sus labios ni caricias en sus brazos... Ya no les queda esperanza, en silencio expresan su miedo, miedo a la soledad de una habitación vacía, a la melancolía de cuatro paredes demasiado frías...
Y tú sólo puedes mirar, mirar cómo se destruye el sueño de una vida compartida. Ya no quedan lágrimas en tus ojos ni sonrisas en tu boca. Tu mundo se vuelve inexistente y tú invisible con él, para los demás eres indiferente y apenas si te importa... Sólo quieres desaparecer repentinamente, tal y como hicieron los lazos que los unían a ellos dos, desaparecer...
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