Ella siempre había tenido el cabello largo y oscuro. Apenas si se peinaba con los dedos los mechones enredados y éste caía en cascada por su espalda formando ondas y bucles de reflejos caoba. Pero eso era antes. Un día apareció con la cabeza rapada, sin dar ninguna explicación.
Sus rasgos se volvieron así más afilados y su gesto más salvaje y desafiante. Ya no tenía esas mejillas dulces ni esa cara tan tierna. Recuerdo que intenté preguntarle el por qué. Recuerdo su respuesta "Intentaba que dejases de pensar en mi como una niña". Al principio no supe [o no quise] ver lo que me decía, pero más adelante y ante el rojo provocador de sus labios y los hoyuelos de sus pómulos vi que ya no quería que la protegiese, sino que la pusiese en peligro. No quería que pensara en ella como se hace con una niña, sino como se hace con una mujer.
Sus rasgos se volvieron así más afilados y su gesto más salvaje y desafiante. Ya no tenía esas mejillas dulces ni esa cara tan tierna. Recuerdo que intenté preguntarle el por qué. Recuerdo su respuesta "Intentaba que dejases de pensar en mi como una niña". Al principio no supe [o no quise] ver lo que me decía, pero más adelante y ante el rojo provocador de sus labios y los hoyuelos de sus pómulos vi que ya no quería que la protegiese, sino que la pusiese en peligro. No quería que pensara en ella como se hace con una niña, sino como se hace con una mujer.
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Una mujer fascinante, por lo que parece ser... ;)
ResponderEliminarQué bien que estés tan inspirada y nos regales tantos pedacitos tuyos, tantas reliquias ^^
Me gustan tus fragmentos-historia. Son geniales, este me gusta muucho.
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