domingo, 26 de septiembre de 2010

Día a día

Sale con prisa de casa. Es por la mañana, aunque bien podría decirse que es de noche, ya que todavía no ha amanecido. Lo que más le cuesta de madrugar es el frio de la mañana. El tacto helado del suelo tras la calidez de su cama. Ese frio que se pega en sus talones y anida en su alma.
Es un día cualquiera, pero se siente extraña. El tiempo pasa más despacio y el metro va siempre demasiado lento... Siente pereza, pereza por empezar su monótono pero exigente día, pereza por resignarse a hacer lo establecido, por tener que hacer callar sus pensamientos, por tener que adoptar unas ideas que no son suyas, por no poder sentarse a ver amanecer... Cierra los ojos y suspira dulcemente, como el que intenta ver las estrellas en una noche de tormenta.
Las horas de concentración hacen mella en su espíritu, convirtiendo su animosa sonrisa en apenas una mueca forzada. Va de un sitio para otro, sin parar un segundo, intentando ser lo más eficiente posible para pronto terminar su jornada. Se mueve por el metro como poco más que un autómata, por esa red de túneles tan llenos de gente y movimiento que más parece un enorme hormiguero que un medio de transporte. Los trenes estan tan llenos que nunca encuentra asientos donde descansar su alma, pero dormita de pie con los ojos cerrados, aprovechando lo largo de sus trayectos.
Arrastra los pies hasta su casa. Ya atardece y el viento frio que se levanta sacude su cabello haciendo que algún rebelde mechón escape del recogido desigual con el que se ata el pelo [...]


Cansancio, cómo desearíamos a veces que no nos afectara, pero qué bien se duerme con él...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Eres



Abrazos de fuego
en brazos de papel,
Cálidos besos
en labios de hiel,
Recuerdos olvidados
antes de nacer,
Brillantes sonrisas
cubiertas de lobreguez,
Miradas perdidas
en cada anochecer,
..Contradicciones amargas
que me van a enloquecer...

lunes, 13 de septiembre de 2010

La noche

Un grito ahogado la rompe. Un transeúnte la camina. Los gatos la imitan en su oscuridad. Algunos la trabajan. Otros la sufren. Otros la disfrutan. Hay quien rie tras una esquina, y quien sus penas en alcohol ahoga. En la intimidad de un banco miradas se entrecruzan. Almas solitarias por las calles sin rumbo vagan. Risas afónicas a la salida de un garito. Sonrisas tímidas en un portal. Alegres encuentros y reencuentros en el hogar. Despedidas amargas y oscuras como ella misma. Bicicletas oxidadas ancladas frente a una puerta. Animadas charlas bajo las estrellas. Sentimientos, deseos e ideales flotando en el aire.
Escenario de tantos y tantos sueños como puedas imaginar.



viernes, 10 de septiembre de 2010

Despertador

Ruido.Másruido.Másruido. Y te despiertas. Te pierdes entre tus sábanas, te proteges bajo la almohada. Te despeinas, ruedas en la cama, te estiras y te desperezas. Te quitas las tristezas con el sol de la mañana. Te levantas, te duchas, saboreas el agua. Te vistes, te cambias. Hueles el café en la distancia, borboteando en la cocina. Arrastras los pies hasta coger la taza. Se para el tiempo en tu café volviendo con las prisas a la espalda. Dejas todo sucio en el fregadero, ya lo limpiaré luego, piensas. Corres hacia el baño, te enfrentas al espejo, te peinas, te maquillas. Miras el reloj agoviada. Coges el abrigo, el móvil, las llaves... sales de casa.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Te querré (sólo) en mi recuerdo

Ya no quiero hablarte. Te siento distante. Tú quisite alejar tu camino del nuestro, y ahora vuelves con sonrisas a acercarte. Pero aunque intente perdonarte no puedo evitar desconfiar en tu cercanía, hasta cuando durará tu cálidez? marcharás de nuevo para no volver? No quiero pensar en ti. Ni verte, ni sentirte. No quiero siquiera olvidarte. Tan solo dejarlo estar. Mantén el rumbo que elegiste, no pretendas en todos mantenerte, pues apenas conseguirás vislumbrar la enormidad de la verdadera felicidad. Pero no intentes disfrazar la realidad ni negar lo ocurrido. Ahora estoy bien sola, pero debiste haber permanecido a mi lado, debiste escuchar mis ruegos y ahogarlos en tus abrazos. Ya no suplicaré más, no por ti. No es venganza ni rencor, solo el dolor que siento ante la mutilación del corazón. Pero no te preocupes, que ya pronto sana. Y las cicatrices me recordarán tu antigua y sincera sonrisa en la mañana. Aquella tierna y dulce mirada. No la de ahora, envenenada.

martes, 7 de septiembre de 2010

Oda a las agujas del reloj

Mundo eterno
que nunca acaba.
Soledad infinita,
amor inalcanzable
entre las agujas
que esperan deseosas
la hora de estar juntas.
En doce instantes al día
se detiene el tiempo.
En la noche,
doce son los momentos
de feliz reencuentro.
Con una sonrisa enamorada,
una mirada sincera
y un tímido beso
se susurran al oido
...te quiero