Sé que odias mi impulsividad y falta de organización, que me hace comprometerme a todo y correr en el último momento pidiendo ayuda a todo el mundo. Sé que no te gusta que, aún con todo, me salgan bien las cosas, porque con ello se derrumban un poco tus esquemas. Sé que te irrita mi forma de reflexionar sobre cada cosa, de ser incapaz de reírme con tus chistes por ser demasiado machistas. Sé que no puedes soportar que a mi móvil, si lo llevo, siempre le falte saldo o batería, y que en los momentos más importantes sea imposible localizarme.
Sí, sé que hay muchas cosas que te irritan. Pero acéptalo, no puedes seleccionar de mí sólo las partes que más te gustan. No puedes quitarle al mar la espuma porque te parezca un contraste demasiado blanco, demasiado delicado, demasiado poco (siempre encuentras algún "demasiado" con el que romper la asimetría de las cosas). No puedes quitarle al arcoiris el color azul, ni el verde, ni ninguno. No puedes borrar los días de lluvia del otoño, ni el barro en los zapatos. No puedes quitar el número 14 y pasar directamente del 13 al 15. No puedes, no puedes...
Es un puzzle que sin piezas se queda vacío, deshecho, sin sentido. Y en el fondo no quieres que aprenda a organizarme porque entonces abandonaría muchos proyectos por verlos imposibles. Pensándolo, no quieres que dependa del móvil, ni que me ría con clichés que me perjudican como mujer. No, nada tendría sentido, el otoño sin lluvia ni hojas ni barro bien podría ser un verano algo frío, el mar sin olas daría miedo por su quietud... Si lo piensas, no hay nada que quieras quitar. Está bien así como está.
Sí, sé que hay muchas cosas que te irritan. Pero acéptalo, no puedes seleccionar de mí sólo las partes que más te gustan. No puedes quitarle al mar la espuma porque te parezca un contraste demasiado blanco, demasiado delicado, demasiado poco (siempre encuentras algún "demasiado" con el que romper la asimetría de las cosas). No puedes quitarle al arcoiris el color azul, ni el verde, ni ninguno. No puedes borrar los días de lluvia del otoño, ni el barro en los zapatos. No puedes quitar el número 14 y pasar directamente del 13 al 15. No puedes, no puedes...
Es un puzzle que sin piezas se queda vacío, deshecho, sin sentido. Y en el fondo no quieres que aprenda a organizarme porque entonces abandonaría muchos proyectos por verlos imposibles. Pensándolo, no quieres que dependa del móvil, ni que me ría con clichés que me perjudican como mujer. No, nada tendría sentido, el otoño sin lluvia ni hojas ni barro bien podría ser un verano algo frío, el mar sin olas daría miedo por su quietud... Si lo piensas, no hay nada que quieras quitar. Está bien así como está.