Quisiera tener una de esas mantas rahídas que tienen los abuelos de cuando fueron al ejército. De esas que te impiden moverte bajo su peso. Quisiera poder refugiarme en ella, crear un lugar secreto y tenerlo a él, a mi abuelo, sentado a mi lado por las noches. Con esa sonrisa afable y ese pecho tan grante y tan cálido en el que enterrar los miedos. Me gustaría que se quedase toda la noche velando mi sueño. Destruyendo a escopetazos las pesadillas. Creando a mi alrededor un escudo de balas y amor. Pero me da la impresión de que en esta guerra el enemigo siempre va mejor armado que yo. Que son escasos los aliados, yo muy pequeña y el miedo demasiado grande.
Oh, guerra, nunca había leído nada tuyo que tuviera que ver con ella! Me ha encantado! Abuelos, guerra y amor!
ResponderEliminar