Últimamente no paro de pensar en las mujeres como en hombres lobo. Al fin y al cabo, siguen los mismos ciclos de luna llena. Si lo piensas, todo encaja. En esos momentos se ven más desaliñadas e hinchadas. Se encuentran irritables y enseñan los colmillos a modo de advertencia. Con la luna llena sus ojos se vuelven recelosos y huelen más a sangre. Les invade una lujuria interior que nadie parece comprender, porque tampoco la saben demostrar. Y les irrita en gran medida esa incomprensión, sintiendo la necesidad de huir y de estar solas, como un lobo que huye a protegerse en la noche, en un instinto irracional, primitivo y animal. Sí, en esos momentos provocan el mismo terror y fascinación. Sí, las mujeres son en realidad hombres lobo.
Ahora sólo cabe preguntarse, ¿quién era más fiero, Caperucita o el lobo?