domingo, 26 de enero de 2014

Héroes de andar por casa

Esa chica que sale del metro con semblante distraído. Ese hombre mayor que se sienta a descansar en un banco del parque, disfrutando de unos segundos de calma poco habituales en su día a día. Esa madre con ojeras que va a recoger a su hijo a la salida del colegio. Tú, posiblemente. Gente con realidades diversas y problemas mundanos (ya no hay leche en la nevera, se acabó el papel higiénico), con días malos y dolor de cabeza. Con caras afables aunque cansadas. Que soportan en sus hombros el peso de otras vidas, porque Juan se volvió a quedar sin trabajo y han ingresado a María por una yonosé-osis en algún sitio por dentro de la barriga. Héroes con otras ocupaciones además de la de héroe. Que dan más sonrisas de las que reciben, por si acaso. Que no esperan recompensa alguna, pero que agradecen con sinceridad infinita todo el apoyo que puedas mostrarles. 
Héroes que todos conocen pero (casi) nadie reconoce. Héroes como tú, posiblemente.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Echo de menos ese lunar bajo tu mirada salvaje. Esa sonrisa descarada que nunca venía a cuento, ese mentón que subías al pensar, como para que te viniera la inspiración en una ráfaga de aire. Echo de menos pelearme por el edredón, los besosdebuenasnoches y los ronquidos (también los míos, aunque nunca lo aceptara). Hecho, con h y todas las letras del abecedario si hiciera falta, de menos que me dijeras que todo iba a salir bien, porque entonces yo entendía que la vida no es mala ni buena, que simplemente es, y las cosas suceden o no, pero que a veces lo único que podemos controlar es nuestra actitud hacia ellas...


lunes, 14 de octubre de 2013

Siempre preguntándonos qué nos trajo aquí o qué nos dejó de traer, si lo importante son las palabras que escribes o las que callas, si habrá más oportunidades, si acaso existen las oportunidades o simplemente a veces los trenes ni siquiera pasan. 
No sé si alguna vez llegaremos a comprender que no hay musa, ni inspiración, sólo hay cosas que no se viven, cosas que no se dicen y tampoco se callan, que se enquistan ahí en el cuerpo y no hay forma de expresarlas. No sé si en algún momento dejaremos de pensar, o de sentir, o de creer que las hipótesis nos salvarán la vida. ¿Y si hubieras necesitado la poesía tanto como yo? ¿Y si esas cuatro notas del piano se hubieran roto en tu pecho?
Siempre con esas ganas de acabar lo que no ha empezado, de empezar lo que no conocemos, de vivir arriesgando, con la seguridad de que no caeremos al vacío si nuestros cuerpos son el precipicio...

jueves, 6 de junio de 2013

Las cosas que odias y a la vez proteges

Sé que odias mi impulsividad y falta de organización, que me hace comprometerme a todo y correr en el último momento pidiendo ayuda a todo el mundo. Sé que no te gusta que, aún con todo, me salgan bien las cosas, porque con ello se derrumban un poco tus esquemas. Sé que te irrita mi forma de reflexionar sobre cada cosa, de ser incapaz de reírme con tus chistes por ser demasiado machistas. Sé que no puedes soportar que a mi móvil, si lo llevo, siempre le falte saldo o batería, y que en los momentos más importantes sea imposible localizarme.
Sí, sé que hay muchas cosas que te irritan. Pero acéptalo, no puedes seleccionar de mí sólo las partes que más te gustan. No puedes quitarle al mar la espuma porque te parezca un contraste demasiado blanco, demasiado delicado, demasiado poco (siempre encuentras algún "demasiado" con el que romper la asimetría de las cosas). No puedes quitarle al arcoiris el color azul, ni el verde, ni ninguno. No puedes borrar los días de lluvia del otoño, ni el barro en los zapatos. No puedes quitar el número 14 y pasar directamente del 13 al 15. No puedes, no puedes...
Es un puzzle que sin piezas se queda vacío, deshecho, sin sentido. Y en el fondo no quieres que aprenda a organizarme porque entonces abandonaría muchos proyectos por verlos imposibles. Pensándolo, no quieres que dependa del móvil, ni que me ría con clichés que me perjudican como mujer. No, nada tendría sentido, el otoño sin lluvia ni hojas ni barro bien podría ser un verano algo frío, el mar sin olas daría miedo por su quietud... Si lo piensas, no hay nada que quieras quitar. Está bien así como está.

domingo, 2 de junio de 2013

Parece que la lluvia nos ha desteñido la ilusión

A veces, sólo a veces, nos empeñamos en creer que todo esto que nos pasa es porque "nos queremos demasiado". Pero yo sé que con eso no hacemos mas que engañarnos, y que a esa frase le falta un "poco" enmudecido por el miedo, por el miedo a que sea cierto.