Siempre preguntándonos qué nos trajo aquí o qué nos dejó de traer, si lo importante son las palabras que escribes o las que callas, si habrá más oportunidades, si acaso existen las oportunidades o simplemente a veces los trenes ni siquiera pasan.
No sé si alguna vez llegaremos a comprender que no hay musa, ni inspiración, sólo hay cosas que no se viven, cosas que no se dicen y tampoco se callan, que se enquistan ahí en el cuerpo y no hay forma de expresarlas. No sé si en algún momento dejaremos de pensar, o de sentir, o de creer que las hipótesis nos salvarán la vida. ¿Y si hubieras necesitado la poesía tanto como yo? ¿Y si esas cuatro notas del piano se hubieran roto en tu pecho?
Siempre con esas ganas de acabar lo que no ha empezado, de empezar lo que no conocemos, de vivir arriesgando, con la seguridad de que no caeremos al vacío si nuestros cuerpos son el precipicio...
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