El pasajero de mi izquierda se cambia de asiento a la fila de delante. Debe ser un tipo de estos que se incomodan cuando se ven rodeados de desconocidos. Pues bien, ahora tengo más sitio para estirar las piernas.
He cogido un libro para el vuelo, le doy vueltas entre mis manos, quizá buscando por donde empezarlo. Parece que no soy capaz de encontrar el principio, por lo que lo vuelvo a meter en la mochila con un suspiro.
Una azafata pasa rapidamente por el pasillo, taconeando a toda prisa. Me llega el fuerte olor de su colonia, encojo la nariz y sigo mirando por la ventanilla.
já! me encanta! :D
ResponderEliminarEl mundo siempre parece muy simple y sencillo desde lejos y eso ¡me gusta!
ResponderEliminarEl mundo visto desde lejos es un dibujo perfecto, un tablero de ajedrez de cuadriculas de colores, que son calles y parques. Pero dentro hay vida, y cuando uno decide bajar, la perfección y los contornos se desdibujan. De ahí que la lejanía nos dé calma y la proximidad temor. Lindo
ResponderEliminarUn beso