miércoles, 12 de octubre de 2011

Alcohol y sueños rotos

- Otro whisky doble, por favor- musitó dejando el vaso vacío en la barra.
El camarero la miró fijamente mientras abría la botella. No llevaba más de veinte minutos allí y ya había bebido por todos los alcoholicos del bar. Le brillaban los ojos a través del cabello revuelto, a través de las sombras oscuras de sus párpados. Llevaba un jersey demasiado grande para ser suyo, que dejaba a la vista unas escuálidas rodillas que no podía dejar de mirar... era la forma en que sus prietos muslos se perdían por debajo de la tela lo que tenía algo de salvaje y dulce al mismo tiempo.
Dejó caer el alcohol en el vaso. Antes de que ella estirara la mano para llevárselo a los labios él lo retuvo -Oye, si tu propósito esta noche es beber hasta perder la conciencia, antes deberías....-
-Eh, te he pedido que me sirvas, no que me psicoanalices ni me des consejos. Hace tiempo que dejé de ser una niña que necesita cuidado constante- interrumpió ella, lanzándole una mirada agresiva.
-... antes deberías pagar, son las normas del bar- continuó él sin poder evitar una media sonrisa.


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