lunes, 12 de marzo de 2012

Lenguaje

Ella no sabía hablar ningún idioma. No tenía tampoco lengua materna ni paterna. Ella no había ido nunca a la escuela. Muchos la miraban por encima del hombro llamándole analfabeta y otros cultísimos sinónimos. Pese a todo, ella resultaba ser la pesona con la que era más fácil comunicarse, con la que nunca había malentendidos. Porque su sonrisa era universal. Porque ella hablaba en el lenguaje del corazón.

Si nos mueven los sentimientos y las palabras no son capaces de expresarlos -adecuadamente-, ¿para qué entonces seguimos estudiando tantas lenguas sin aprender antes a amar?


2 comentarios:

  1. Algo que me encanta de tu blgo son los títulos de los elementos del blog "Deambula" "Déjate llevar" "Quédate conmigo" y... "¿en qué piensas?" para comentar...
    Pues pienso en ella, y en lo diferente que es de otra "ella", mi único deseo es conocer a ciertas personas y con "ella" casi no hay manera...

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    1. (Al menos antes he leído un "¿en qué piensas?", ahora sigo leyendo entradas y no lo he vuelto a ver...)

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¿En qué piensas?