Te propongo un reto. Finjamos que tú no me miras y que yo no te quiero. Finjamos que por la noche no te invaden los recuerdos y que no añoras el tacto de mi cuerpo. Finjamos que no nos consumimos lentamente en este silencio. Finjamos que somos capaces de olvidarnos. Que no echaré de menos la calidez de tus manos, ni el olor suave de tu pelo. Que tu tampoco buscarás mis caricias ni mis besos. Finjamos que ya no sufrimos. Finjamos que podemos...
Si esto es lo que quieres, yo [por ti] acepto. A cambio prométeme que si pasado un tiempo no lo hemos logrado, renunciaremos a este reto, dejaremos de fingir para siempre y dejarás de negar lo que sientes.
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¡¡¡BUAH!!! ¡tremendo! ¿cómo lo haces? *.*
ResponderEliminarLa perfección acaba de adquirir definitivamente nombre.
ResponderEliminarSin palabras...
ResponderEliminarBrindo por ti, Wanderer, que sabes cómo me siento mejor que yo misma
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