lunes, 21 de mayo de 2012

Mataré los monstruos por ti

Te dejas comer. Te estás dejando comer. Lo puedo ver. Tú también lo sabes pero no entiendes el problema y me dices que ahí dentro se está caliente y huele bien. Y yo que tonta dándote mi mano y tirando fuerte para intentar sacarte de esa garganta tan dulce por la que resbalas. El problema no es ahora sino después, intento decirte, cuando quieras ser tú misma y ahí dentro no puedas moverte bien. Cuando descubras que sólo has sido un bocado más, que nunca te sentiste especial por ser la maravillosa persona que eres, sino simplemente por ser el centro de atención de esa atractiva garganta por la que te dejas caer. Y la atención, como otras cosas, se desvanece. Nadie mejor que tú sabe lo que duele depender tanto de ella.

Asientes, pero no me entiendes. Yo sigo estirando la mano, aunque no consigo nada, desgastarme, agujetas en el brazo y en el alma.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho tu forma de desgranar el mundo, de reinterpretarlo en dos párrafos y dejar una inquietud que invita siempre a reflexionar.

    Cuídate.

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