Tu voz me desgasta. Tu mirada me debilita. Y en mis mejillas las lágrimas se marchitan.
La humedad me agota. La espera me agota. El olvido me agota...
Tu recuerdo me quema. Tus labios me asfixian. Y en mis brazos el fantasma de una caricia.
Mi alma se cubre de desconfianza. La escarcha de tu frialdad pobla mis entrañas. Sufriendo el agotamiento del que espera sin esperanza.
Realmente hermoso. Quienes tenemos alma de quijotes y devotos de las causas difíciles, amamos ser el oasis donde descanse un alma exhausta de dar, de contenerse, brindarse a veces y otras tantas huir, cansada de la vida y el amor como Estrella Polar o utopía por venir.
ResponderEliminarUn beso